¿Qué
es una zona de confort? Un estado al que nos acostumbramos cuando en realidad
nos está generando dolor. ¿Tiene un empleo que no le gusta, pero que le da
miedo o pereza dejar? ¿Tiene una relación sentimental con alguien que la (o lo)
trata mal, pero que le da miedo o pereza acabar? Estos son ejemplos de zonas de
confort.
¿Por
qué nos aferramos a una zona de confort? Porque nos da miedo o pereza
abandonarla. La zona de confort no es agradable, pero es nuestra realidad, y
nos aferramos a ella. Tenemos miedo de caer en algo peor si dejamos nuestra
zona de confort; nos da pereza hacer los cambios pertinentes para salir de ese
estado.
En
resumen, la zona de confort no nos gusta, no nos agrada, pero es lo único que
tenemos, y por lo tanto nos aferramos, nos amarramos a ello; o lo que es peor,
nos da pereza salir de ese estancamiento. ¿Qué hacer para salir de una zona de
confort? En primer lugar, reconocer que no nos está dando satisfacción, que nos
incomoda, que nos desagrada. Segundo, voluntad; utilizar la fuerza de ánimo
para salir de ese pantano. Si no nos gusta un empleo, busque otro; si no
consigue otro empleo, emprenda su propio proyecto. Tercero, perseverancia; si
ha estado mucho tiempo en ese estado es porque su mente también se habituó, y
la mente es repetitiva, le encanta lo conocido, y teme lo desconocido. Comenzar
a realizar nuevas acciones, nuevos pensamientos, nuevas palabras, que
determinen una nueva realidad.
¿Qué
pasa si no salimos de la zona de confort? Que la situación se agrava, porque la
vida quiere nuestra felicidad y no nuestro dolor. Se nos viene un problema
encima: desempleo, algún maltrato mayor, pobreza, etc. Si no se sale de la zona
de confort caemos en algo peor, y como somos estúpidos también nos acomodamos a
esa nueva situación calamitosa. No señor, no hay que esperar a que las cosas se
pongan peor, utilice sus recursos internos y externos y emprenda el camino para
salir de la zona de confort, e invente una nueva vida para usted; una vida más
satisfactoria, más feliz. Es así, nosotros tenemos el poder de cambiar
nuestra vida, y lo hacemos porque la vida es felicidad; el dolor nos muestra
nuestros defectos, nuestras fallas, nuestros vicios, nuestros malos hábitos.
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