Un humilde trabajador de la contrucción estaba esperando con sus hijos la llegada del metro en New York, cuando un hombre cayó a las vías víctima de un ataque de epilepsia. El humilde trabajador de la construcción llamado Wesley Autrey saltó para ayudar al hombre y lo mantuvo cabeza abajo mientras pasaba el metro. Desde ese día el señor Autrey ha sido objeto de varios regalos por parte del alcalde New York, y de otras personas, en dinero en efectivo y en condecoraciones. Debemos destacar hoy, la valentía de este señor, y pensar que la filantropía la puede hacer cualquiera y en cualquier momento.
1 comentario:
Ojalá todo el mundo fuera así
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